Uno de los problemas más graves en cuanto al medio ambiente se refiere es la contaminación por desechos plásticos en los océanos de todo el mundo, los cuales han provocado la muerte de miles de especies, entre otras consecuencias.
Y es que cada año, se vierten en los mares alrededor de 10 millones de toneladas de plástico; sin embargo, los científicos sólo saben que ocurre con aproximadamente el 1%.
Con el objetivo de utilizar satélites para poder rastrear dichos contaminantes y así empezar a limpiar los océanos de la Tierra, la Agencia Espacial Europea (ESA), en colaboración con la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), ha puesto en marcha un nuevo proyecto.
La inciativa, de la que por ahora se desconoce el nombre, tiene como principal desafío resolver si el seguimiento por satélites podría ayudar a rastrear el alcance de los desdechos plásticos y saber hacia dónde se dirigen.
Mediante un comunicado, Anton de Fockert, ingeniero hidráulico de los Países Bajos, explicó que el proyecto pasó con éxito su primera fase y ahora se están analizando los datos recaudados.
Las primeras pruebas tuvieron lugar en una gigantesca instalación de aproximadamente 650 metros cuadrados ubicada en el Instituto de Investigación Deltares, la cual es capaz de reproducir las condiciones de la cuenta atlántica.
Para ello, la zona fue equipada con generadores de olas para recrear, de forma realista, aquellas que se producen en las aguas profundas de los océanos. Además, se introdujeron los tipos de plásticos más habituales como bolsas, botellas, redes, cuerdas marinas y cubiertos.
Asimismo, se añadieron elementos no plásticos, esto para imitar mejor la distribución real que se encuentra en el mar, como colillas de cigarro, llantas, y otros objetos similares.
Posteriormente, la UPC utilizó la técnica de reflectometría, basada en las señales que emiten los satélites de navegación. Y por su parte, el Instituto de Telecomunicaciones de Portugal y la Universidad de Stirling, en Escocia, hicieron uso de la teledetección por radar.
Finalmente, Peter de Maagt, ingeniero de la ESA, quien es el encargado de supervisar la campaña, asegura que los datos poco a poco están siendo procesados y que los resultados iniciales “parecen ser muy prometedores”.