En el mundo, existen personas que llevan vidas solitarias, ya sea por decisión propia o por alguna situación fuera de su control que los llevó a ese camino. Cualquiera que sea el caso, esta gente suele adoptar animales callejeros para sentir su afecto incondicional y compañía constante.
Sin embargo, hay un tema que genera preocupación entre los dueños de estos animales y es quién cuidará de ellos cuando fallezca. Y es que en ausencia de familiares o amigos cercanos, estas personas buscan soluciones que aseguren el bienestar de sus compañeros peludos en su posteridad.
Una de las historias más sonadas sobre esta situación es la de María Assunta y “Tomassino”, la cual muestra que lo que comenzó como un acto de compasión al rescatar a un gato sin hogar, culminó en una herencia millonaria que lo convirtió en uno de los felinos más adinerados de la historia.
Todo inició en la década de los 2000, cuando “Tomassino”, de 4 años, era un minino callejero de Roma, Italia. Un día como cualquier otro fue adoptado por María Assunta, quien le brindó un hogar y los cuidados necesarios para su bienestar. En aquel entonces, ella era viuda de un magnate inmobiliario, no tenía hijos ni parientes, por lo que puso su afecto completamente en su nueva mascota.
Al tratarse de una mujer relativamente mayor, el paso de los años comenzó a pasarle factura y una vez que su salud se deterioró, la propietaria buscó opciones que garantizaran la seguridad de su querido gato, pues estaba consciente de la incertidumbre que su muerte podría representar para él. De esta manera, la señora italiana decidió asegurar el futuro de su fiel compañero a través de su testamento.
De acuerdo con un reportaje de ABC News, publicado en 2011, María instruyó a sus abogados para que identificaran una organización de protección animal que pudiera encargarse de su cuidado, pero al no encontrar un centro que cumpliera con sus expectativas, tuvo que pensar otra forma.
Así, con la complicidad de su enfermera de confianza Stefania, quien la acompañó durante sus últimos años de vida y compartía su amor por estos seres, en noviembre de 2009 la dueña de “Tomassino” formalizó su decisión mediante un testamento, en el que estipuló que su dinero estaba destinado para el bienestar del gatuno.
La herencia fue de una suma aproximada de 13 millones de dólares, así como diferentes propiedades en Roma, Milán y Calabria.
En su momento, el caso generó un gran interés público y numerosas personas intentaron asumir la custodia de “Tomassino“ con la intención de beneficiarse de su fortuna. Sin embargo, los abogados de María Assunta descartaron todas las solicitudes y reafirmaron la validez del testamento. De acuerdo con el medio citado, hoy día el peludo vive junto a Stefania en un lugar no revelado para proteger su seguridad ante posibles amenazas o intentos de fraude.