Una desalentadora noticia para los amantes de los felinos domésticos acaba de ser revelada. Resulta que un nuevo estudio elaborado por el Centro de Investigación en Salud Mental de Queensland, Australia, alertó que las personas que tienen gatos son más propensas a desarrollar esquizofrenia.
“Encontramos una relación entre la tenencia de gatos y el aumento de las probabilidades de desarrollar trastornos vinculados con la esquizofrenia”, señalaron los autores en un artículo publicado en la revista Schizophrenia Bulletin.
Para llegar a esta sorpresiva conclusión, John McGrath, autor principal, junto a su equipo, analizaron un total de 17 estudios previos que plantean la misma hipótesis: los gatos pueden transportar y pasar al ser humano un parásito conocido como Toxoplasma gondii, que suele afectar la velocidad de metabollización de la dopamina.
“Tras ajustar las covariables, se observó que los individuos expuestos a los gatos tenían, aproximadamente, el doble de probabilidades de sufrir esquizofrenia”, apuntó el experto.
Sin embargo, McGrath reconoció que las investigaciones del pasado no fueron de la mejor calidad, ya que presentan ciertos errores. Por ello, decidió dejar la puerta abierta a otro estudio que por fin pueda poner punto final a este dilema.