El pelaje del gato quimera se divide en dos colores, que pareciera que están medidos de manera simétrica; además, sus ojos también pueden ser de diferentes tonalidades, lo que lo convierte en uno de los felinos más interesantes del mundo animal. De hecho, este animal recibe su nombre gracias al ser mitológico griego, quien se encuentra formado por diversas partes de especies.
Sí, estos ejemplares, a simple vista, tienen una línea marcada en la mitad de su rostro pero, aunque son casos únicos, de igual manera existen muchos otros gatos que cuentan con esta particular característica, producto de la fusión de dos embriones.
Leslie Lyons, experta de National Geographic para Estados Unidos, explica que el fenómeno conocido como quimerismo es el resultado de un cromosoma X adicional. No obstante, si bien la división de pelaje resulta atractiva, la verdadera peculiaridad reside en el color de los ojos, toda vez que los mismos pueden presentar interesantes combinaciones: verde y amarillo, amarillo y azul, verde y azul, entre otros.
A pesar de que los rasgos de los felinos con quimerismo son exclusivos en el mundo, la especialista señala que ha habido casos en que estos ejemplares son confundidos con la raza Carey, otra familia de gatos que destaca por tener un patrón inconsistente entre manchas negras, blancas y cafés.
“La cromática en el pelaje de los Carey (Tortoiseshell) son el resultado de una mutación genética, mientras que en los gatos con qumerismo se trata de una mezcla de material genético de dos embriones distintos”, precisa Lyons.