Para los dueños de perros y gatos es muy común verlos estirados recibiendo luz solar por largos periodos; sin embargo, sobre esta conducta es importante tomar algunas precauciones para cuidar su salud.
A pesar de que la mayoría de estos animales de compañía están protegidos por su pelaje y saben autorregular su exposición a dicha energía, ningunó se encuentra exento de sufrir las consecuencias de recibir prolongadamente los rayos ultravioletas, como la deshidratación; quemaduras solares; ataques cardíacos; e incluso cáncer de piel.
Una buena alternativa poco conocida para evitar cualquiera de estos incidentes, sobretodo el cáncer de piel, es aplicarles protector solar mayor a 30.
En caso de optar por ella, lo primero que se debe tener en cuenta es que el producto sea hipoalergénico o especialmente desarrollado para el pelaje y piel de las mascotas. Y es que la mayoría de los protectores solares de uso humano cuentan con compuestos que podrían causarles alergías y provocar intoxicaciones si se lamen.
A continuación, presentamos las zonas en las que debe concentrarse el producto dependiendo la especie:
-Perros: Nariz, alrededor de la boca, la punta de las orejas, la panza y la ingle.
-Gatos: Nariz, orejas, barriga y aquellas partes con poco o nada de pelaje.
¡Ojo! Una vez aplicado el protector solar, los expertos recomiendan distraer a la mascota durante 10 minutos, esto para evitar que se lo quite antes de que sea absorbido por la piel.