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Publicado en PET'S

¿Por qué los perros pueden comer casi de todo y los gatos no? Spoiler: es un tema genético

Miércoles, 30 Abril 2025 00:01 Escrito por 
Los investigadores están empezando a desvelar algunos de los misterios que rodean a los gustos culinarios de nuestros ejemplares de compañía. Los investigadores están empezando a desvelar algunos de los misterios que rodean a los gustos culinarios de nuestros ejemplares de compañía.

¿Por qué los gatos son tan quisquillosos con la comida cuando los perros parecen dispuestos a consumir casi cualquier cosa que se les ponga enfrente? Esta es una pregunta que, quizá, muchos dueños de mascotas se hacen mientras convencen a su amigo felino de tragarse una pastilla o cuando tratan de quitarle a su cachorro lo que esconde en el hocico.

Aunque la comunidad científica aún desconoce muchas cosas sobre las preferencias gustativas de los animales, gracias a un pequeño pero creciente número de estudios relacionados, los investigadores están empezando a desvelar algunos de los misterios que rodean a los gustos culinarios de nuestros ejemplares de compañía.

Una posible razón acerca del comportamiento planteado al inicio de esta nota es que los mininos no perciben los sabores dulces. Analizando su ADN, los expertos determinaron que los gatos domésticos, los tigres y los guepardos tienen una versión “rota” del gen Tas1r2, el cual trabaja con otro gen, Tas1r3, para permitir la detección del sabor dulce. Si bien el segundo parece funcionar perfectamente en los michis, el segundo es un “pseudo gen no expresado”, al que le faltan 247 letras; sin ellas, no produce una proteína crucial para formar un receptor de dulzor en las papilas gustativas del cuerpo.

Los caninos, en cambio, sí que pueden saborear el dulce; y tanto los perros como los gatos cuentan con genes receptores del sabor amargo, 12 y 15 respectivamente.

No obstante, lo que sigue sin estar claro es cómo afecta el número de genes receptores del sabor amargo a la percepción real del mismo por parte de los animales.

Para los especialistas, las diferencias de sabor entre ambas especies también tienen sentido en el contexto de sus dietas. Los gatos son carnívoros “obligados”, lo que significa que pueden obtener todos los nutrientes que necesitan de la carne animal; mientras que los perros suelen alimentarse de forma oportunista y aprovechan cualquier fuente de alimento disponible: ya sea carne, cereales e incluso plantas.

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