A nosotros, los humanos, las rutinas pueden llegar a agobiarnos, cansarnos o deprimirnos; sin embargo, en el caso de nuestros compañeros peludos, resulta fundamental establecerles ciertos hábitos para evitarles el estrés y que tengan vidas plenas. Las mascotas, especialmente los perros, requieren de rutinas, tanto para pasear y dormir, como para comer.
En el caso específico de la alimentación, puedes crear un horario a partir de que tu canino haya cumplido los cuatro meses de edad. Es importante que tengas en cuenta que, cuando son cachorros, necesitan consumir pequeñas raciones tres veces al día para sentirse satisfechos. Posteriormente, a partir de los 10 a 12 meses de edad, debes dividir las porciones de alimento en dos comidas diarias, o dárselas una vez al día. Lo ideal es que dicha cantidad te la recomiende un veterinario, y el horario dependerá, en gran medida, de tu disponibilidad de tiempo. Recuerda que tu mascota debe adaptarse a ti y no al revés.
Ten en cuenta que después de comer, tu canino deberá reposar para digerir bien los alimentos; así evitarás una posible torsión gástrica, la cual afecta, en su mayoría, a los perros de edad adulta que acostumbran realizar ejercicios después de alimentarse.
Cabe mencionar que si tienes la costumbre de siempre dejarle el plato lleno de comida, lo mejor será que abandones ese hábito y vayas armando y pensando en un nuevo horario de alimentación. Un buen consejo para desacostumbrar a tu perro es colocar la ración por 30 minutos y si no la come, retirarla; de este modo, tu mascota entenderá que si no come en ese momento, tendrá que esperar hasta el siguiente turno.
Algunos problemas de salud que evitarás al establecer un horario fijo para las comidas de tu perro son gastritis, obesidad, colitis, diarreas, anemias.