Antes de 1974, el trofeo Jules Rimet era el premio que se otorgaba a los ganadores del Mundial. Por este motivo, indudablemente se convirtió en la pieza más codiciada para los equipos de fútbol que representaban a su país.
Tiempo atrás, en 1966, Inglaterra sería sede de su primera Copa del Mundo. En aquel momento, este evento fue sumamente esperado, ya que el Reino Unido presumía ser el lugar donde nació dicho deporte; no obstante y de manera curiosa, los llamados “inventores del juego” nunca habían ganado el título, por lo que el Jules Rimet se convirtió en una especie de obsesión nacional.
Sin embargo, de un instante a otro, este sueño inglés se convirtió en una auténtica pesadilla, luego de que el 20 de marzo, a menos de cuatro meses del inicio de la justa, el icónico trofeo fuera robado durante una exposición de sellos organizada en el Westminster Central Hall, de Londres.
De acuerdo con medios locales, siempre había dos guardias vigilando la copa; pero, cuando el edificio se utilizó para una misa, no había nadie alrededor y el ladrón logró salirse con la suya.
Como era de esperarse, ante la magnitud de una situación de emergencia, Scotland Yard, el cuerpo de seguridad londinense, tomó el caso y la búsqueda se convirtió en un tema de carácter internacional.
Pero para sorpresa de todos y en un giro increíble del destino, un perro llamado “Pickles” encontró el trofeo tan sólo una semana después del delito.
El 27 de marzo, David Corbett, dueño de la mascota, se paseaba por las calles de su colonia cuando de repente, su canino notó algo extraño dentro de un paquete cerca de su casa.
Tras unos cuantos segundos de olfatearlo y rasgarlo un poco con las patas, el propietario de “Pickles” se percató que el contenido era nada más y nada menos que el trofeo Jules Rimet envuelto en papel de periódico.
Minutos después, Corbett llamó a la policía y su amado compañero de cuatro patas se convirtió en un héroe nacional.
Teniendo en cuenta su logro, la pareja de amigos fueron vistos, casi, como celebridades; incluso, ambos aparecieron en programas de televisión y ¿por qué no? una película. Además, Corbett fue invitado a la cena de celebración después de que Inglaterra ganara la final contra Alemania en el estadio de Wembley.
Finalmente, Edward Betchley, el infame ladrón, fue condenado a prisión.