Los perros, como los seres humanos, se toman su tiempo al momento de realizar sus necesidades fisiológicas básicas.
Una de ellas consiste en defecar, que trae consigo una teoría bastante llamativa, pues se dice que estos animales siempre lo hacen apuntando al norte.
Y es que al no tener incorporada una brújula para realizar dichos actos, pareciera que el llamado mejor amigo del hombre tiene la virtud de orientarse utilizando el campo magnético terrestre.
Con base en lo anterior, un grupo de científicos intentó averiguar qué hay detrás de este fenómeno.
Primero, los expertos analizaron ciertas especies, como aves y tortugas, las cuales hacen uso de ese supuesto “sexto sentido magnético” para orientarse en sus migraciones. Por su parte, los zorros lo tienen incorporado a fin de calcular el salto hacia el lugar donde se encuentra una posible presa.
Precisamente, con éstos últimos el equipo observó una coincidencia con los caninos respecto a la toma de referencia hacia el punto cardinal norte.
“Los movimientos de ataque de los zorros se orientan casi siempre en esa dirección, sin importar la hora del día, nubosidad u otros factores climáticos”, explica el artículo.
El secreto de los zorros, revela, radica en los criptocromos, moléculas sensibles a la luz ubicadas en sus ojos. Esta clase de fotorreceptores de luz azul también juegan un papel importante en la regulación de los ritmos circadianos, es decir, en las variaciones biológicas durante el día.
“Estos criptocromos están incluidos en el ojo del perro para que puedan reaccionar al campo magnético”, señala la investigación.
“(campo magnético) Proporciona un marco general de referencia. Quizá este sea el componente más importante que no se tuvo en cuenta dentro del panorama actual sobre el comportamiento y la cognición de los mamíferos”, concluye.