Perro guía, perro protector, perros lazarillo o de asistencia, así se denomina al canino que es entrenado para ayudar a las personas que tienen alguna discapacidad en la vista con el objetivo de acompañar de forma activa a su dueño para orientarlo de forma segura y fiable en cualquier escenario.
El 29 de abril es la fecha designada para conmemorar el Día Internacional del Perro Guía con el propósito de difundir la importancia del rol canino en la vida de las personas con algún impedimento visual, además de saber cómo pueden influir estos animales para lograr que sus amos sean independientes.
Cabe detallar que no solo se requiere de una mascota amable, sino de un sabueso con entrenamiento especializado, además debe existir entre el dueño y el can compatibilidad de personalidades, caracteres y la velocidad al andar.
Razas como los Golden, Labradores, Pastor Alemán o Caniches integran este peculiar equipo, cuyos integrantes deben ser sociables con las personas y otros animales, además de ser dóciles, ágiles y fácilmente adiestrables para seguir órdenes impartidas.
La educación de un perro guía debe comenzar a temprana edad, entre las cuatro o cinco semanas después de su nacimiento, pues es a partir de ahí que se les enseña a enfrentar reacciones como sonidos, entornos extraños o nuevas experiencias, aprender a caminar con correa, obedecer órdenes sencillas y comer y hacer sus necesidades en horarios establecidos.
Al cumplir 12 meses de vida, el can deberá aprender comandos más complejos. Un aspecto importante que ocupa lugar en su adiestramiento, es aprender la desobediencia inteligente, lo que significa no obedecer una orden de su dueño si ello representa un peligro para ambos. El entrenamiento en cada raza puede variar, pero suele durar de dos a cinco años para poder asistir a quien lo requiera.