Viven en silencio, duermen más de lo que juegan y suelen esconder sus malestares, pero el paso del tiempo también se nota en ellos.
Aunque un gato doméstico puede fácilmente alcanzar hasta los 15 e incluso 20 años, identificar los signos de la edad permitirá impulsar una mejor calidad de vida.
De acuerdo con la organización Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), estos felinos inician su transición hacia la vejez alrededor de los 7 años, cuando se les clasifica como ejemplares de mediana edad o maduros. Sin embargo, los cambios fisiológicos más marcados se volverán evidentes a partir de los 11 años, momento en el cual pertenecerán a la categoría sénior.
Tal y como se mencionó al inicio, los apodados michis suelen “ocultar” sus dolencias, esto a diferencia de los perros, que muestran señales más evidentes. Por tal motivo, los dueños deben vigilar con atención su comportamiento.
Según explica NIH, el envejecimiento felino se manifiesta a través de múltiples sistemas corporales. Entre estos cambios destacan:
- Menor actividad y más descanso
- Pérdida o aumento de peso
- Problemas dentales
- Disminución de la visión y/o audición
- Cambios de comportamiento
- Pelaje y piel deteriorados
- Higiene descuidada y crecimiento excesivo de uñas
Para los especialistas, los cambios propios de la edad no siempre son benignos, ya que muchos de ellos están directamente relacionados con patologías que comprometen la calidad de vida y pueden ser irreversibles si no se detectan a tiempo.