Con un aspecto muy alejado del estereotipo procedente de las novelas negras clásicas y utilizando más recursos tecnológicos, una nueva profesión está triunfando en China: los detectives de mascotas extraviadas.
Según cifras oficiales, a finales del año pasado había 117 millones de animales de compañía habitando las zonas urbanas del país asiático. Y es que el desarrollo económico ha disparado el número de ejemplares domésticos y del gasto que la población local está dispuesta a realizar en ellos.
Como sabemos, estos seres tienden a escaparse con frecuencia, y cuando eso sucede, sus dueños tienen la opción de llamar a compañías especializadas. Tal es el caso de Lan Ling, cuyo personal buscará a la mascota extraviada empleando equipamiento muy similar al del mismísimo FBI.
Gafas de visión nocturna; drones; espectrómetros; detectores de calor; cuerdas para escalar: redes de todo tipo; radios de largo alcance; focos especiales; y botes de agua, son sólo algunas de las herramientas que el equipo liderado por Liu Yin Tong tiene a su disposición.
El “cuartel general” de Lan Ling se encuentra ubicado en la periferia de Pekín e integra a 18 personas que cumplen con ciertos requisitos como ser capaces de monitorear cámaras de vigilancia de alta velocidad y contar con habilidad de análisis y conocimiento del comportamiento animal, pues como su lema lo indica: “Encontrar mascotas es similar a resolver un caso”.
Tal y como se mencionó al inicio, la profesión de detectives de mascotas va a la alza. Prueba de ello es que en los últimos años, la compañía ha rescatado poco más de 5 mil perros y gatos en Pekín, Shanghái y Wuhan.
Respecto a la tarifa, ésta puede oscilar entre los 415 dólares ($700) y los 4 mil dólares ($70,000) dependiendo la dificultad del caso, de los medios y el tiempo necesario.