En este espacio nunca nos cansaremos de decir que el amor de los perros hacia nosotros es para toda la vida y la siguiente historia lo demuestra.
Ocurrió el pasado 27 de noviembre en el municipio de Moctezuma, Sonora, cuando un adulto de la tercera edad llamado Gregorio salió de su casa para visitar a las comunidades cercanas.
De acuerdo con su hija Ramona, estas salidas eran frecuentes, por lo que a ella no le extrañó su salida; sin embargo, con el paso de las días su ausencia fue notable, sobretodo porque el sujeto de 84 años ya sufre lapsos de pérdida de memoria.
Fue entonces que el 1 de diciembre se levantó un reporte de desaparición y extravío. Una vez realizado, las autoridades municipales de Protección Civil, Guardia Nacional, Policía Municipal, en compañía de un perro especializado en búsquedas, salieron a buscar a Gregorio.
No obstante, estos esfuerzos fueron en vano, situación que desencadenó la desesperanza en la familia, debido a que viven en una zona desértica y con poca comunicación.
Al día siguiente, el grupo a cargo decidió llevar a cabo una nueva estrategia y utilizaron los instintos de “El Palomo”, el perrito de don Goyo, como le dicen de cariño, un ejemplar criollo de 2 años de edad, el cual, para sorpresa de todos, los llevó por senderos y caminos lejanos desde el último punto donde fue visto el adulto mayor.
Con un sentido del olfato espectacular y una nobleza diga de una película, “El Palomo” condujo a las autoridades hacia el paradero de su amado dueño, quien fue hallado con importantes grados de deshidratación y desnutrición.
Por si esto no fuera suficiente, desde esa fecha, Gregorio estuvo hospitalizado en una clínica del IMSS para recuperar fuerzas y en todo momento, su leal animal de compañía permaneció en las puertas del área de Emergencias.
Hoy en día, don Goyo ya se encuentra en casa y casi recuperado, mientras que “El Palomo” sigue disfrutando de una buena dosis de croquetas gracias a su gran labor.