La ola de calor que actualmente está experimentando Europa ha disparado la contaminación por ozono en gran parte de aquel continente, superando los valores fijados por las normas europeas de calidad del aire ambiente, advirtieron expertos del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS).
Mediante un informe publicado este martes, el programa reveló el pronóstico de un nuevo episodio de altas concentraciones de ozono sobre la superficie, donde se prevén valores máximos en París (Francia), el Benelux (Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo) y Alemania, situación que pone de manifiesto el papel que desempeñan las emisiones precursoras (óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles) que, a menudo, son emitidos lejos de aquellos lugares con episodios de contaminación.
“El rebase de las concentraciones de ozono por encima de los valores fijados por las normas supone graves riesgos para la salud humana y el medio ambiente”, recordó el CAMS.
Entre los efectos del ozono en la salud, detalló, destaca la inflación de los pulmones que, sumada al estrés térmico propio del verano, puede generar condiciones críticas, en especial para quienes son propensos a enfermedades.
Mientras que en la vegetación y los ecosistemas, las concentraciones pueden afectar gravemente el rendimiento de los cultivos y provocar la pérdida de biodiversidad.
“A medida que aumentan las temperaturas debido al cambio climático, nuestra capacidad para predecir y responder a estos episodios se vuelve cada vez más crucial para proporcionar alertas oportunas y permitir a las autoridades responder rápidamente con medidas adecuadas para mitir los riesgos para la salud y los impactos ambientales”, comentó al respecto Laurence Rouil, directora de Copernicus.