Un nuevo estudio ha revelado el papel clave que juega el paisaje en las emisiones de metano de los ríos y arroyos, concluyendo que la cantidad de gas natural que sale de estos sitios no depende de la temperatura del agua, sino de las características del entorno.
Titulada “Global Metahne Emisiones from Rivers and Streams”, la investigación fue publicada en la revista Nature y elaborada por el Centro de Estudios Avanzados de Blanes-CSIC, teniendo como autor principal a Gerard Rocher-Ros.
Para llegar al resultado previamente mencionado, el equipo internacional de especialistas recopiló y analizó todos los datos publicados sobre concentraciones y emisiones de metano en ríos y arroyos, compilando así más de 20 mil.
Posteriormente, utilizando la información obtenida junto con datos hidrológicos de alta resolución, que capturan el movimiento y distribución del agua, emplearon modelos de “machine learning”, a fin de predecir emisiones de metano provenientes de todos los ríos y arroyos del mundo.
Tras ello, Rocher-Ros y el resto de su equipo se percataron que las emisiones de este gas en zonas tropicales son similares a las de los cuerpos de agua mucho más fríos, incluso de la tundra ártica, estableciendo así que, a diferencia de otros sistemas acuáticos como los lagos, las emisiones de metano en ríos y arroyos dependen menos de factores internos, sobretodo de la temperatura del agua.
En cambio, están muy influenciadas por las características del paisaje que los rodea, gracias a las conexiones tierra-agua.
“Los seres humanos modificamos activamente las redes fluviales en todo el planeta y, en general, estos cambios parecen favorecer las emisiones de metano”, precisó el especialista.