Luego de que el pasado 1 de marzo se anunciará la construcción de una nueva gigafábrica de Tesla en Nuevo León, proyectada como la más grande del mundo, ambientalistas locales mostraron su preocupación.
Por ejemplo, el ecologista Guillermo Martínez Berlanga y la directora ejecutiva del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey, Selena Martínez Guajardo, solicitaron más información sobre la planta de autos eléctricos.
“Es una planta grande, por lo que sabemos que antes de una instalación de ese calibre necesitamos tener información muy clara”, comentó la también bióloga.
“Primero sobre la manifestación de impacto ambiental, cómo va impactar o afectar el espacio en donde se localice. La segunda es el tema del agua, toda vez que desde hace unos años Nuevo León registra un promedio de lluvias menor a las normales”, agregó.
Cabe mencionar que la gigafábrica de Tesla, próximamente ubicada en la zona metropolitana de Monterrey, se instalará a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador había advertido que no otorgaría los permisos necesarios debido a la sequía de la zona.
Sin embargo, de último momento el mandatario mexicano aceptó la construcción, asegurando que la compañía dirigida por Elon Musk prometió apoyar con el agua.
Con base en lo anterior, Martínez Guajardo expuso que ante la crisis hídrica habrá que analizar el manejo del agua de Tesla, y que si no existe un reporte de manifestación de impacto ambiental, los ciudadanos deberán exigirlo antes de que finalice el proyecto.