El mayor de las decenas de incendios recientemente activos en los Estados Unidos ha alcanzado dimensiones tan grandes que, incluso, está generando sus propias condiciones climáticas, situación que está dificultando el trabajo de los bomberos, informaron esta semana las autoridades norteamericanas.
El siniestro bautizado como “Bootleg”, localizado al sureste del estado de Oregon junto a la frontera con California, lleva más de 157 mil hectáreas calcinadas desde sus inicios a principios de este mes. Hasta ahora, el incendio ha destruído 117 construcciones y tiene luchando contra sus llamas a más de 2 mil bomberos.
“Su fuego es tan grande y genera tanta energía y calor extremos que está cambiando las condiciones climáticas”, detalla Marcus Kauffman, portavoz del Departamento Forestal del estado.
“Habitualmente, la situación meteorológica predice lo que hará el fuego. En el caso de Bootleg, es el fuego el que está decidiendo el clima”, agrega.
La fuerza de Bootleg es tal que sólo incendidos de dimensiones titánicas como este son capaces de alterar el clima; complicando, aún más, las tareas de extinción al no permitir la predicción de la evolución en relación con las llamas a corto plazo.
Por si fuera poco, gracias a unas imágenes tomadas por satélites americanos, las autoridades locales pudieron saber que una gigantesca columna de humo, cortesía del gran incendio, se ha estado desplazando hacia el norte del país, alcanzando la frontera con Canadá.
Actualmente, el fuego se encuentra afectando a una zona montañosa y de vegetación en el Bosque Nacional de Fremont-Winema y los bomberos no prevén controlarlo hasta principios del próximo mes de octubre.