México y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo para fortalecer la gestión del agua en la cuenca del Río Bravo, en el marco del Tratado de Aguas de 1944, en un contexto de sequía extraordinaria que ha impactado a ambos países.
El Gobierno de México aseguró que ha cumplido con sus compromisos conforme a la disponibilidad real del recurso, sin afectar el derecho humano al agua ni la producción agrícola en la región fronteriza.
Como parte del entendimiento, México se comprometió a liberar 249.163 millones de metros cúbicos de agua para Estados Unidos, con entregas previstas a partir de la semana del 15 de diciembre.
Las autoridades subrayaron que estas acciones se realizan dentro de los límites operativos y de infraestructura, y sin comprometer el consumo humano.
“México no ha incurrido en violación alguna a las disposiciones del Tratado”, destacó el Gobierno federal.
Ambos países trabajan de manera coordinada para definir una ruta técnica que permita atender el déficit del ciclo anterior y fortalecer la gestión del ciclo actual, conforme al Artículo 4 del Tratado.
El plan definitivo deberá quedar concluido a más tardar el 31 de enero de 2026, en un esfuerzo binacional que reconoce al manejo del agua como un desafío compartido que exige cooperación sostenida y respeto a la soberanía de cada nación.



