En 2024, nuestro planeta experimentó un crecimiento sin precedentes de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, siendo el mayor desde que existen registros (1957), hasta alcanzar un nuevo máximo histórico.
Así lo alertó esta semana la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su Boletín sobre Gases de Efecto Invernadero, en el cual también detalló que este récord es consecuencia directa de las continuas emisiones de CO2 derivadas de las actividades humanas, así como del aumento de los incendios forestales y la menor absorción por parte de sumideros, como los ecosistemas terrestres y el océano.
Debido a lo anterior, la organización de las Naciones Unidas advirtió que, hoy más que nunca, existe el riesgo de que el clima se adentre en un “círculo vicioso” y que las temperaturas de la Tierra sigan con su escalada durante más tiempo.
“El calor retenido por el CO2 y otros gases de efecto invernadero sobrealimenta nuestro clima y multiplica los fenómenos meteorológicos extremos…Es esencial reducir las emisiones no sólo por el clima, sino también por la economía y el bienestar social”, declaró Ko Barret, secretaria general adjunta de la OMM.