Actualmente, una de las formas más comunes de plástico es el poliestireno; sin embargo, reciclarlo ya no es tan sencillo como antes, de hecho, la gran mayoría de éste termina en los océanos, amenazando gravemente a la vida marina.
Por fortuna, no todo está perdido, pues esta semana surgió una nueva esperanza para el planeta Tierra.
Resulta que un grupo de científicos de la Universidad de Queensland, en Australia, descubrió que las larvas de los escarabajos oscuros Zophobas morio disfrutan de comer poliestireno; además, sus enzimas intestinales podrían ser la clave para que la tasa de reciclaje global aumente de manera considerable.
De acuerdo con la investigación liderada por el científico Chris Rinke, los llamados “súpergusanos” pueden llegar a crecer hasta 5 centímetros y se suelen criar como alimentos para reptiles y aves.
En cuanto al descubrimiento, éste se dio cuando Rinke y su equipo alimentaban a un grupo de gusanos con diferentes dietas en un periodo de tres semanas, donde algunos de ellos recibieron espuma de poliestireno, otros salvado y un pequeño grupo, nada.
“Con este experimento, confirmamos que los “súpergusanos” pueden sobrevivir con una dieta única de poliestireno e, incluso, ganar una pequeña cantidad de peso en comparación con el grupo de control de hambre, lo que sugiere que los gusanos pueden obtener energía únicamente al comer este plástico”, explicó el experto.
Por último, Rinke señaló que los Zophobas morio criados a base de poliestireno completaron su ciclo de vida de manera normal, para después convertirse en pupas y finalmente en escarabajos oscuros 100% desarrollados.
Ahora, los científicos enfocarán sus esfuerzos en más investigaciones destinadas a identificar aquellas enzimas que sean más eficientes, con el objetivo de mejorarlas y crear plantas de reciclaje que imiten la capacidad de estas larvas.