Con miras a la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (CNULD), que se celebrará en Riad, capital de Arabia Saudita, Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo del encuentro, señaló que para revertir la degradación actual del suelo se requerirá de, al menos, una inversión de 2.6 billones de dólares.
En palabras del también funcionario público de Mauricio, el aumento de la frecuencia y gravedad de las sequías como consecuencia del cambio climático, aunado a las necesidades alimentarias de una población en aumento, suponen un mayor riesgo de agitación social si no se toman las respectivas medidas.
La CNULD de este año, explicó, tendrá dos semanas de duración y al igual que en ocasiones anteriores pretende reforzar la resistencia mundial a la sequía, entre otras cosas fortaleciendo las obligaciones legales de los países, estableciendo los próximos pasos estratégicos y garantizando la financiación.
“Gran parte de los mil millones de dólares diarios que se necesitan deberán proceder del sector privado, ya que el grueso de las inversiones en restauración de tierras en el mundo procede del dinero público, y eso no está bien”, manifestó Thiaw.
“Esencialmente, el principal impulsor de la degradación de la tierra es la producción de alimentos, que corre a cargo del sector privado. ¿Cómo es posible que una mano esté degradando el suelo y la otra tenga el encargo de restaurarla y repararla?”, lamentó.