En las últimas décadas, el costo de la generación de energía eólica y solar se ha reducido drásticamente. Esta es una de las razones por las que el Departamento de Energía de Estados Unidos proyecta que la energía renovable será la fuente de energía de más rápido crecimiento hasta el año 2050.
Actualmente, investigadores del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) del país americano trabajan con el gobierno federal y la industria privada para desarrollar más tecnologías de almacenamiento de energía renovable. En un reciente informe, los expertos del NREL estimaron que existe la posibilidad de aumentar la capacidad de almacenamiento de energía renovable en los Estados Unidos, la cual podría crecer hasta un 3 mil por ciento durante los siguientes 30 años.
De acuerdo con los investigadores, hoy en día existen tres tecnologías emergentes que podrían ayudar a que esto suceda:
1.- La mayoría de las personas ya usan baterías en muchos aspectos de la vida diaria. Desde baterías alcalinas para pequeños dispositivos electrónicos hasta baterías de iones de litio para automóviles y computadoras portátiles.
Por ejemplo, las baterías de alta capacidad con tiempos de descarga prolongados podrían ser valiosas para almacenar energía solar por la noche o aumentar la autonomía de los vehículos eléctricos. Esto podría tener un impacto importante en la viabilidad de las energías renovables.
2.- Hoy en día, las plantas de energía solar son grandes soluciones de almacenamiento de energía renovable y cuestan menos que otras tecnologías. Por ejemplo, utilizan espejos para concentrar la luz solar, que calienta cientos o miles de toneladas de sal hasta que se derrite. Esta sal fundida se utiliza para impulsar un generador eléctrico, de la misma forma que el carbón o la energía nuclear se utiliza para calentar vapor y accionar un generador en las plantas tradicionales.
3.- En el caso de las empresas públicas que también necesitan almacenar mucha energía durante periodos de tiempo indefinidos, la solución son los combustibles renovables como el hidrógeno y el amoníaco. Con ellas, las compañías de servicios públicos almacenan energía al producirlos con energía excedente, cuando las turbinas eólicas y los paneles solares generan más electricidad de la que necesitan los clientes de este tipo de empresas.
El hidrógeno y el amoníaco contienen más energía por libra que las baterías tradicionales, por lo que funcionan donde éstas no lo hacen. Por ejemplo, podrían usarse para enviar cargas pesadas y operar equipo complejo, así como para crear combustible para cohetes.