Atraídos por los hermosos paisajes de esta isla cubierta de hielo y rodeada de icebergs, cada vez más miles de turistas deciden pasar sus vacaciones en Groenlandia.
Según datos oficiales, en 2021 este territorio autónomo danés recibió a poco más de 50 mil personas, una cifra diez veces superior al número de sus habitantes.
En ese sentido, las autoridades de Groenlandia esperan que el número de visitantes aumente aún más con la apertura de un nuevo aeropuerto internacional en los próximos dos años, situación que supondrá un gran impulso a los ingresos económicos de la isla, pero también un reto ambiental.
Y es que actualmente, la isla lidia con los efectos provocados por el cambio climático y a un delicado ecosistema.
“Podemos ver cada día las consecuencias del calentamiento global: los icebergs son más pequeños y el glaciar retrocede”, explica Palle Jeremiassen, edil de Groenlandia.
Asimismo, el alto cargo teme que el deshielo del permafrost amenaze la estabilidad de algunas infraestructuras y casas.
“El desafío es ahora proteger el ecosistema local, pero sin dejar de recibir a los turistas”, aclara Jeremiassen.
Ante ese escenario, comenta, lo primordial es respetar a la comunidad y al medio ambiente, por lo que a partir de este verano, únicamente le permitirán la entrada a un solo barco con capacidad máxima de mil personas.
“No queremos ser como otros países. No queremos un turismo de masas. Queremos controlar el turismo, esa es la clave”, apunta.
De acuerdo con un reciente estudio sobre este tema, en las dos últimas décadas, la inmensa capa de hielo de Groenlandia perdió 4.7 billones de toneladas, lo que a su vez contribuyó a un aumento de 1.2 centímetros en los océanos.