El verano es su temporada favorita. Les gusta el calor y la piel humana. Como si el sudor y la sensación de asfixia no fueran suficientes durante estas semanas, los mosquitos vienen a añadir un elemento más de incomodidad. Resulta que con el incremento de la temperatura a nivel global, producto de la crisis climática, la presencia de estos insectos podría alargarse por meses, con consecuencias que nadie hubiera podido imaginar.
Si la tendencia climática no se logra revertir en los próximos diez años, el verano podría extenderse hasta por seis meses. Gracias a esta nueva configuración de las estaciones, la exposición de los mosquitos acarrearía todavía más enfermedades como el dengue, la malaria y la fiebre amarilla.
De acuerdo con un estudio por parte de la Universidad de Florida, este riesgo será particularmente grave para las regiones más tropicales del mundo. Sin embargo, al desaparecer las temperaturas invernales, dicho patrón podría extenderse a otros países, en donde las estaciones del año se encuentran más marcadas.
Por otro lado, un artículo publicado en la revista especializada, Ecology, estos pequeños pero molestos animales recientemente se han mostrado más resistentes a las temperaturas tanto bajas como elevadas. Sin un frío que los controle, las poblaciones de mosquitos irán en aumento.
Hoy en día, todavía no está claro cuál es el factor determinante para que los mosquitos sean tan resistentes a las cambios de temperatura. No obstante, diversos expertos aseguran que, desde ya, se pueden tomar acciones en contra de estos animales, con el objetivo de contrarrestar su desmedida presencia alrededor del planeta.
Una de las opciones más efectivas es la de retirar del paso cualquier fuente de agua innecesaria: “Se está alentando a la población a vaciar, retirar o cubiri cualquier recipiente que pueda contener agua, en particular botellas viejas, latas, basura y hasta neumáticos. También resulta últil reparar tuberías con fugas, grifos y mamparas exteriores, cubrir o voltear botes pequeños y cambiar regularmente el agua de las piscinas”, explican.
De esta forma, se podrá evitar que el agua se estanque y se convierta en un foco de atracción para los posibles mosquitos que vuelen en los hogares. Igualmente, resulta bastante eficaz limitar el posible consumo de agua que puedan tener al interior, con lo que la interacción con ellos se verá reducida en gran medida.