Una de las múltiples consecuencias provocadas por el calentamiento global es que los océanos y sus ecosistemas están sufriendo modificaciones. En ese sentido, una de las más alarmantes es el blanqueamiento de los corales.
Los primeros indicios sobre este fenómeno fueron alertados a principios de los años 80´s; pero no fue hasta 1997 cuando tuvo lugar el primer blanqueamiento masivo de esta especie a nivel mundial, donde miles de ejemplares murieron. Tiempo después, en el año 2010, se registró el segundo blanqueamiento a escala global.
“El blanqueamiento de coral es una respuesta al estrés, así como la fiebre lo es en nosotros los seres humanos. Si la temperatura aumenta sólo un poco más de la normal, el coral se comienza a blanquear, las plantas que está en él y su habilidad de proveer alimento se ve truncada”, explica Ruth Gates, biologa marina especializada en arrecifes de coral y directora del Instituto de Biología Marina de Hawái.
En ese momento, el coral empieza a debilitarse porque pierde la capacidad de obtener alimento, y pasa hambre hasta quedar sólo en un esqueleto blanco. Si el coral presenta un blanco muy intenso significa que aún tiene vida; pero si presenta un color pálido, quiere decir que lleva varios días o hasta meses muerto.
¿Por qué debería importarnos? El océano es el origen de la vida en el planeta, ya que controla el clima, la temperatura y el oxígeno. Es decir, sin un océano saludable, no hay un planeta saludable.
Y es que a pesar de que el fenómeno del blanqueamiento sólo es visible en el océano, también trae afectaciones a nuestro sistema social, económico y de salud.
En el mundo, más de mil millones de personas dependen de los arrecifes de coral, siendo su principal fuente de alimento. Por otra parte, diversas comunidades basan su cultura e ideología en el agua y la madre tierra; sin estos recursos naturales, su identidad resultaría trastocada.
En otros lugares, también es importante fuente de ingresos para comerciantes locales, nacionales e internacionales, quienes abastecen de alimentos a tiendas, hoteles y restaurantes.
“Existen muchas cosas en las que no sabemos que nos puede ayudar el coral dentro de la sociedad. Tenemos que dejar de pensar que los problemas del océano no nos conciernen a nosotros”, concluye Gates.