Como si de una simbiosis sumamente especial se tratara, este piano utiliza la conjunción de la energía humana con la increíble percepción de las plantas para generar música. El proyecto titulado Bioo nos recuerda la gran conexión que tenemos con la naturaleza y la importancia de mantenernos en equilibrio con ella.
La música es una de las artes más bellas que existen. Escuchar las exquisitas melodías que surgen de los instrumentos musicales despierta emociones que rozan en lo sublime. Pero la música no sólo proviene de las manos humanas, la naturaleza tiene sus propias formas de deleitarnos con sus melodías. Si alguna vez has prestado atención a la Madre Tierra, quizá hayas descubierto que el conjunto del canto de las aves, con el rozar de las hojas de los árboles forman melodías que tocan la sensibilidad humana. El arrastrar de las olas y el vuelo de las gaviotas también se conjuntan para deleitarnos en una sinfonía natural.
Un sueño hecho realidad
Con estas ideas, un joven prominente llamado Pablo Vidarte, una noche tuvo un sueño muy extraño. Al despertar, su mente innovadora comenzó a extraer preguntas sobre las plantas y cómo los humanos podríamos transformar su energía en música. Se planteó que, para ello las plantas podrían comportarse como paneles solares, de esta forma la energía que aparentemente no vemos, podría transformarse en formas más perceptibles.
Planteó esta extraña idea a sus compañeros de universidad y en conjunto resolvieron la incógnita. Crearon un prototipo que aprovecha las sustancias orgánicas que expelen de manera natural las plantas a través de la fotosíntesis. Pero en un giro todavía más inesperado descubrieron que en efecto, es posible crear música a través de las plantas.
Piano vegetal y sus sinfonías de vida
Bajo estas premisas, Vidarte desarrolló lo que podría decirse que es el primer piano vivo en el mundo que funciona a través de las plantas. El piano vegetal, como él lo llama, funciona utilizando las plantas como una antena biológica para generar música. Cuando las plantas son tocadas por una persona, captan la diferencia de frecuencias y además la transforman en voltaje que, al ser conductoras, pasa por su propio cuerpo y finalmente se utiliza para activar el sistema de notas musicales.
Crear música con plantas es posible a través de una serie de macetas apiladas en columnas blancas con la inscripción del nombre de las notas musicales del sistema dodecafónico. Con el suave roce de las manos humanas, cada planta produce una nota distinta como si de una simbiosis musical se tratara.
El único piano vegetal existente hasta ahora, se ubica en el Parque Botánico Biotecnológico de Ibiza, que encamina sus esfuerzos al cuidado y la preservación del medio ambiente.