El Banco Mundial define a la "blue economy" (economía azul) como “el uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de vida y el empleo, al tiempo que preserva la salud del ecosistema oceánico”.
De acuerdo con diversos estudios, los oceános generan al menos la mitad del oxígeno de la Tierra, albergan la mayor parte de la biodiversidad del planeta y proporcionan la principal fuente de proteínas a más de mil millones de personas. Por estos y otros motivos, la blue economy es la octava más grande de todo el mundo.
En el marco del Día Mundial de los Océanos, que se celebra cada 8 de junio, Federed Hermes Limited, una de las empresas administradoras de inversiones más importantes de Estados Unidos, dio a conocer que, actualmente, el capital natural de los océanos está valorado en aproximadamente 24 billones de dólares, a pesar de que sus recursos están disminuyendo rápidamente.
Leon Kahimi, jefe en Responsabilidad de la gestora, explica que la falta de protección de los ecosistemas marinos tendrá consecuencias negativas para la economía mundial, ya que supone un riesgo sistémico para las inversiones a largo plazo.
En ese sentido, el directivo advierte a los inversores que deben ser conscientes de estos riesgos, y de cómo las empresas en las que se involucran afectan a los océanos.