Desde hace décadas, el cráter Batagay, de “Las Puertas del Infierno”, en Turkmenistán, emite ruidos feroces que atemorizan a las poblaciones cercanas. Estos alaridos no son producto de fenómenos sobrenaturales, sino el resultado del continuo crecimiento de la enforme fosa, la cual ha avanzado sin cesar a partir que las imágenes satelitales lo captaron por primera vez en los años 60´s.
La depresión, que comenzó como un pequeño hundimiento, ha crecido hasta alcanzar 1 kilómetro de largo y 86 metros de profundidad, lo que lo convierte en el “megadesprendimiento” más grande de nuestro planeta.
La causa principal de este crecimiento descontrolado es el calentamiento global, que se ve beneficiado porque la alarmante expansión libera entre 4 mil y 5 mil toneladas de metano y otros gases de carbono cada año.
Inicialmente causado por la tala de bosques, el paso de vehículos todo terreno durante la explotación minera y la erosión que dejó expuesto el permafrost, el cráter Batagay ahora tiene la forma de un “renacuajo gigante”, el cual abarca más de 87 hectáreas y contando.
“El volumen total de descongelación del permafrost y pérdida de material del RTS de Batagay asciende a aproximadamente un millón de metros cúbicos por año. Un tercio del material está compuesto por sedimentos descongelados y en otros dos tercios por hielo derretido”, reveló una nueva investigación publicada en la revista Science Direct.
“Este megadesplome ha perdido alrededor de 34.6 millones de metros cúbicos de material, que a su vez han formado la enorme fosa. De esta cantidad, 23.4 millones de metros cúbicos correspondían a hielo derretido del suelo y 11.3 millones de metros cúbicos a depósitos descongelados”, agregó.