A principios de esta semana, las autoridades del Reino Unido clausuraron Ratcliffe-on-Soar, su última central eléctrica alimentada por carbón, marcando así el fin de una era energética en un país que introdujo el uso de dicho combustible a finales del siglo XIX.
Ubicado en el centro de Inglaterra, este lugar comenzó a operar en el año 1968 con tan sólo cuatro calentadores y una chimenea de 199 metros de altura; sin embargo, conforme pasó el tiempo se transformó en todo un símbolo de la energía obtenida mediante carbón, por ello su cierre representa un punto de inflexión en la historia británica.
Respecto a los 170 empleados que seguían trabajando en la central, la mayoría de ellos seguirán siendo contratados para llevar a cabo en los próximos dos años el proceso de desmantelamiento de la infraestructura.
Cabe mencionar que con esta decisión, Reino Unido se convirtió en la primera de las economías del Grupo de los 7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos) que elimina por completo el carbón de su generación eléctrica