Durante 2024, las exportaciones de basuras y residuos plásticos a países en desarrollo crecieron, situación que significa un cambio de tendencia respecto a los años anteriores, cuando se habían implementado medidas para evitar derivar a las naciones pobres un grave problema de gestión medioambiental.
Así lo dio a conocer un nuevo informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el cual también destacó que esa inflexión en los flujos de dichos residuos plásticos se produjo sin importar que el volumen global de intercambios continúo descendiendo ese año, en concreto un 3.4% a comparación del 2023.
En ese sentido, los autores recordaron que entre 2014 y 2024, los intercambios a nivel global de ese material, altamente contaminante y difícil de reciclar, disminuyó casi la mitad gracias a un control de importanciones impuesto por China (2018). Asimismo, se adoptaron unas enmiendas a la Convención de Basilea sobre los Movimientos Transfronterizos de Residuos Peligrosos, aplicando un mecanismo que entró en vigor en 2021 y que recortó el flujo en dirección a países en desarrollo.
Sin embargo, después de años de caída, los envíos de los países de la OCDE, que no forman parque del bloque de desarrollados, subieron en 2024 un 15%, que se traduce en 0.22 millones de toneladas adicionales; mientras que el comercio en el interior de este grupo descendió un 2% (0.12 millones de toneladas).
De esta manera, Malasia se convirtió, el año pasado, en el principal destino mundial, con 0.61 millones de toneladas, esto al adelantar a Países Bajos con poco más de 0.5 millones.