A principios de enero de 2022, el volcán submarino Hunga Tonga, en Tonga, hizo erupción. Este suceso proyectó una enorme cantidad de agua hacia la atmósfera terrestre, que terminará por agrandar el agujero de la capa de ozono en los próximos años.
En entrevista para el sitio de noticias Space, Paul Newman, jefe de ciencia atmosférica en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, advirtió que el ozono podría estar en riesgo, pues el agua emitida por el volcán ha causado un “enfriamiento significativo” en la estratósfera.
“Las temperaturas frías en la estratósfera aceleran el proceso de degradación del ozono, ya que en condiciones como esta se forman nubes estratosféricas polares, las cuales flotan entre 15 y 25 kilómetros, especialmente durante los meses de invierno”, precisó.
“A lo largo de dicho periodo, las temperaturas de la estratósfera son más bajas, generando un entorno químico adecuado para las sustancias a base de cloro que agotan la capa de ozono”, añadió.
Eso sí, a pesar de que la erupción se dio hace un año, los expertos no han encontrado un impacto a considerar en el agujero de ozono, por lo que las verdaderas consecuencias se esperan poder analizar con el paso del tiempo.
Sin embargo, y aún tomando en consideración todo lo anterior mencionado, la comunidad científica se encuentra tranquila por el aumento temporal en el tamaño de la capa de ozono. Recordar que a finales de 2022, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló que la misma se está recuperando del agotamiento causado por productos químicos con bromo y cloro, empleados en aerosoles y refrigerantes desde la década de los 50.