En un episodio climático extremo acontecido el año pasado, aproximadamente 100 millones de habitantes estadounidenses estuvieron expuestos a condiciones de calor y humedad peligrosas durante varios días. Por ejemplo, en Chicago se registraron temperaturas sofocantes que alcanzaron los 47 grados centígrados, causando tensiones en las vías del tren, obligando a los vehículos a reducir su velocidad por precaución.
A pesar de que muchos indicaron que lo anterior se trató de un simple periodo de clima caluroso, más bien fue el resultado de un prolongado domo de calor.
También conocido como cúpula de calor o heat dome, este fenómeno consiste en una masa de aire caliente que se forma en la atmósfera, especialmente durante periodos de altas temperaturas y condiciones climáticas estables.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, los domos de calor son capaces de persistir varios días e incluso semanas, provocando olas peligrosas para la salud humana, especialmente grupos vulnerables (niños, adultos de la tercera edad y enfermos).
Estos eventos, explican, son comunes en verano, tanto en el hemisferio norte como en el sur. De no tomar medidas de precaución, las personas están en riesgo de sufrir deshidratación, golpes de calor y desmayos.