Con miras al año 2030, Francia plantará mil millones de árboles, los cuales estarán adaptados al clima futuro tomando en cuenta el aumento de temperatura, las sequías frecuentes y los fenómenos climáticos extremos.
Durante una conferencia de prensa, la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, presentó esta iniciativa, así como los demás ejes que conforman la denominada Estrategia Nacional de la Biodiversidad, cuyo objetivo es hacer de la conservación de la naturaleza un “reto colectivo”.
Para lograrlo, la funcionaria señaló que será necesario involucrar a regiones y municipios del país, así como empresas y ciudadanos.
En ese sentido, uno de los objetivos principales del proyecto consiste en “renaturalizar” los centros de las ciudades francesas, plantando mil millones de árboles, que tendrán la capacidad de hacerle frente a los desafíos que hoy día la crisis climática presenta.
Otra acción a destacar es la aplicación práctica del principio llamado Cero Artificialización Neta (ZAN, por sus siglas en francés), que como primera meta pretende disminuir en un 50% el ritmo de la artificialización de suelos a costa de espacios naturales, agrícolas y forestales, a fin de alcanzar un 100% en 2050.