Como consecuencia de la urbanización no planificada, las áreas verdes en las ciudades más grandes e importantes del mundo se han sacrificado. De manera paralela, fenómenos como las Islas de Calor se han instaurado en las capitales del planeta, las cuales, en su mayoría, han hecho caso omiso a los modelos sustentables de crecimiento. Es una realidad que ciertos lugares son más calientes que otros; sin embargo, todos ellos coinciden en un mismo factor: no tienen árboles suficientes.
Un reciente estudio publicado en la revista especializada Enviroment Research Letters asegura que un solo árbol es suficiente para modificar la temperatura del entorno. Los científicos que lideraron la investigación atribuyen este fenómeno a la sombra del dosel y al “sudor” frió que liberan las hojas desde las copas.
Para llegar a esta conclusión, los expertos se dieron a la tarea de analizar la temperatura en diversas partes de Washington, D.C; en Estados Unidos. Ahí se dieron cuenta de que, en las zonas más arboladas, el ambiente era más frío. En contraparte, aquellas calles sin árboles eran más calientes.
“Entre más concentraciones de especies de árboles locales existan, el descenso de la temperatura será mayor, ya que el aire no estará tan caliente en la atmósfera. Además de ofrecer más sombra y mantener la superficie más fría, los árboles en las ciudades permiten que el dióxido de carbono se purifique a mayor velocidad”, explica Michael Alonzo, científico ambiental y uno de los principales autores del estudio.
“Hay muchas buenas razones para plantar árboles, pero nuestro estudio demuestra que no debemos subestimar el papel que desempeñan las zonas verdes para mitigar el calor dentro de las áreas urbanas”, agrega.
Según el estudio liderado por Alonzo, los árboles son capaces de bajar la temperatura hasta 1.8 grados centígrados. Esta cifra destaca de investigaciones anteriores, las cuales no registraban un descenso tan significativo.
Pero el suelo no es el único beneficiado. Por el contrario, la temperatura de los edificios también disminuye ante la presencia de árboles, lo que implicará menos gastos en aire acondicionado al interior.
“Si las áreas verdes se extendieran más, el beneficio será inmediato y mucho más grande”, finaliza el científico.