Serpiente Rhabdophis tigrinus
Esta serpiente típica del este asiático se caracteriza por un patrón dorsal de color verde oliva, cubierto por barras trasversales negras y naranjas, además de un vientre blanquecino. En algunos casos pueden tener también manchas desde el cuello hasta el primer tercio del cuerpo. Pero si hay algo que verdaderamente llama la atención de estos reptiles es la presencia de glándulas nucales, por las que secretan un compuesto esteroideo que le sirve como irritante, para defenderse de sus posibles depredadores.
Si bien pueden secretar esta útil sustancia, no podrían hacerlo si cambiaran su dieta, ya que proviene de los sapos venenosos de los que se alimentan.
Rana dardo dorada
Las ranas flecha, como la rana dardo dorada (Phyllobates terribilis), poseen una potente toxina, llamada batraciotoxina, que causa fallos en las conexiones neuronales que se encargan de la contracción muscular, dando lugar a consecuencias fatales para el corazón. Se encuentran entre los animales más peligrosos del mundo. Sin embargo, son una de esas especies que en cautividad dejan de generar veneno.
Por eso, se cree que con gran probabilidad que la toxina puede provenir de alguno de los insectos de los que se alimentan en estado natural.
Mariposa monarca
Algunas mariposas pueden también defenderse de sus depredadores con ayuda de venenos que, de nuevo, no son producidos por ellas mismas. En este caso ni siquiera los obtienen de otros animales, pues en realidad se trata de toxinas procedentes de la savia de las plantas de las que se alimentaron en su fase de larva.
En el caso de la monarca (Danaus plexippus), obtiene la ponzoña de la planta de algodoncillo, de la que se alimentan solamente cuando son orugas. Una vez pasada la metamorfosis, los glucósidos venenosos que extrajeron quedan impregnados en las escamas de sus alas, que además tienen colores bien llamativos, para mostrar a sus depredadores su peligro. Al menos, el que avisa no es traidor.
El ganso africano
El ganso africano, también conocido como ganso de alas rectas (Plectropterus gambensis) es un ave de gran tamaño, muy común en los humedales del África Subsahariana.
Aunque no todos son venenosos, algunos sí que poseen en sus tejidos una sustancia muy tóxica, llamada cantaridina, que no es producida por ellos mismos, sino más bien por una especie de escarabajo, llamado cantárida, del que se alimentan. Se trata de un veneno vasodilatador muy potente, que puede matar a un ser humano en una dosis de solo 10 miligramos.
La avutarda
El ganso africano no es la única ave a la que le encanta comer escarabajos venenosos. También lo hace la avutarda (Otis tarda), en su caso para librarse de los molestos parásitos que normalmente intentan adentrarse en ellas.