La británica de tan sólo 18 años se impuso en el sorprendente duelo de tenistas “Teens” y venció en la final a la canadiense Leylah Fernández en sets corridos para alzarse con el primer Grand Slam -y el primer título- de su breve carrera profesional.
La tenista, que ocupa el puesto número 150° en el ranking de la WTA y que se convirtió en la primera en ganar un torneo grande partiendo desde la clasificación, se alzó con el triunfo por 6-4 y 6-3 en un partido que duró una hora y 51 minutos.
El comienzo del primer set mostró a Raducanu más firme con su juego. La británica quebró el servicio de su rival en un segundo juego que tuvo un desarrollo extenso y pronto tomó la delantera, pero Fernández no sucumbió ante ese traspié e inmediatamente se tomó revancha para decretar el 2-2. A partir de ese momento, el desarrollo del juego fue realmente parejo hasta que la europea nuevamente se encontró con un gran chance y no falló: se quedó con el saque de Leylah para cerrar el parcial con un 6-4 a su favor en 58 minutos.
La segunda manga tuvo un inicio similar al de la primera. Raducanu se adelantó y pronto quebró el servicio de Fernández. Esta vez, la británica tuvo la firmeza y el temple necesarios para sostener esa diferencia y aumentarla en un sexto juego que definió con un exquisito passing shot. Luego, tuvo dos match points en el 5-2 con el saque de Fernández, pero no los aprovechó. La presión le ganó y la llevó a definir con su servicio.
Fue en ese momento cuando Leylah -con una sonrisa constante en su rostro- sacó a relucir una batería de golpes que pusieron contra las cuerdas a su rival. Emma, incluso, debió ser atendida por un caída que le causó una pequeña herida cortante en la rodilla derecha. El ingreso de la médica -obligado por las reglas cuando hay sangre- y la pausa en el partido generó un gran enojo en la canadiense, que en ese momento tenía oportunidad de quiebre y sentía que el partido se estaba enfriando. Raducanu volvió enfocada y remontó el juego para, finalmente, sellar la victoria con un ace