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Publicado en DEPORTES

Rosa Vera Gallardo, medallista olímpica en atletismo y su gran pasión por el baloncesto

Lunes, 27 Abril 2020 15:45 Escrito por 

Comprometida con dos pasiones deportivas, el básquetbol y atletismo, Rosa Herlinda Vera Gallardo logró acudir a los Juegos Paralímpicos, donde el atletismo le brindó la oportunidad de convertirse en medallista en Barcelona 1992, adjudicándose la presea de bronce en el relevo de 4x100.

“Chío”, como le dicen sus familiares y amigos, inició su camino deportivo en 1985, acudiendo a clases en al Instituto Mexicano para la Infancia y la Familia, donde un compañero la invitó a practicar deporte. Al inicio, probó suerte en distintas disciplinas, mostrando especial gusto por el baloncesto sobre silla de ruedas.

La medallista paralímpica recordó que, en un principio, no le interesaba el atletismo: “Yo decía ‘no voy a practicar atletismo porque acaban mugrosos’; cuando llovía, ellos siempre terminaban escurriendo agua, sucios y llenos de lodo”.

Después de realizar diferentes actividades deportivas, la atleta analizó los tiempos requeridos para calificar a la olimpiada de Seúl 1988: “Habría un preselectivo en CU. Cuando vi las marcas que solicitaban, pensé que sería fácil. Me puse a entrenar, pero el evento ya estaba encima. Cuando dieron los resultados de quienes ganaron, vi que no eran inalcanzables y decidí participar en atletismo”, detalló.

Vera Gallardo comenzó a entrenar bajo la dirección de Ernesto Varela, quien fue el primero que le proporcionó una silla de ruedas especial para la práctica del atletismo de pista. En los Juegos Parapanamericanos, en Caracas 1990, logró seis medallas de plata y bronce, sin poder alcanzar la presea dorada, encaminándose así a la justa paralímpica que se desarrollaría dos años después.

Chío indicó que no pensó que la presea olímpica llegara en el relevo, pero que las mexicanas se habían entrenado, poniendo especial atención en el pase de la posta, y afortunadamente para su causa se logró el bronce: “Jamás pensé que ganaría una medalla. El solo hecho de representar a México me hizo sentir recompensada; era una muy grande para los atletas que queríamos estar en esa competencia. Me enteré de que habíamos ganado cuando salíamos del estadio, que estaba lleno a todo lo que daba. Fue muy grato recibir todo ese calor humano en uno de los tres lugares del pódium”, platicó.

Luego de esta experiencia, “Chío” Vera continuó por cuatro años más en este deporte, pero las exigencias fueron cada vez más altas, por lo que no alcanzó la marca para acudir a los Juegos Paralímpicos Atlanta 1996 y, paulatinamente, las circunstancias la acercaron a su otra gran pasión: el básquetbol sobre silla de ruedas.

Rosa Herlinda indicó que, previo a incursionar de lleno en el atletismo, había practicado baloncesto y recibió invitaciones para entrenar con la preselección nacional: “Me transformaba en la cancha. No me importaba si eran grandotas o chiquitas, si eran muy fuertes; yo decía ‘no las voy a cargar’; bastaba con pararme frente a ellas para que ya no pasaran o hicieran su jugada, y creo que me queda eso”, comentó al relatar que el básquetbol siempre fue su gran pasión.

Su retribución fue calificar a cuatro justas veraniegas en este deporte de conjunto, en las ediciones de Sidney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012, además de ser un gran baluarte para la selección del Estado de México.

Finalmente, acerca del tiempo que ha durado su carrera y de las satisfacciones que el deporte le dio, manifestó que “ver hasta dónde llegan tus capacidades físicas y emocionales, hasta donde las manejas, porque son presiones y tensiones enormes, porque quieres dar más, y es a ti mismo, y es escuela para quien lo vive contigo”.

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