Antonio Brown no volverá a pisar un campo de la NFL. El receptor anunció su retiro el lunes a través de su cuenta de Twitter, reconociendo que el riesgo de volver era muy elevado y agradeció a quienes le ayudaron a lo largo de su carrera.
"Es momento de decir adiós. He hecho todo en este juego y el riesgo es más grande que la recompensa. ¡Gracias a todos los que formaron parte de este viaje y quiero agradecerles sinceramente por todo! ¡La vida sigue 84! Llegué, vi, conquisté. Misión cumplida. Llama a Dios", publicó el receptor, que hace unos días cumplió 32 años.
Brown no formaba parte de ningún equipo, luego de que los Patriots lo cortaran en 2019, aunque se le vio entrenando con Dwayne Haskins de Washington y Russell Wilson de Seattle en las semanas previas.
Elegido por los Steelers en la quinta ronda del Draft de 2010, proveniente de la Universidad de Central Michigan, Brown se convirtió en uno de los mejores receptores de la liga a partir de su segundo año en la NFL, en la que fue la primera de siete temporadas con más de 1 000 yardas.
De 2011 a 2018, ningún jugador acumuló más recepciones (821), yardas (11 040) ni touchdowns (74) que AB84, pero su mala conducta llevó a que Pittsburgh lo cambiara a los Raiders de Oakland.
Allí comenzó una espiral de problemas dentro y fuera de la cancha. No jugó ni un solo partido con los Raiders, teniendo problemas con la dirigencia, amenazando con no jugar, siendo multado por no entrenar, la novela del uso del viejo casco y otras que llevaron a que fuera cortado.
Tras esto, firmó con los Patriots, con quienes jugó un solo partido antes de ser despedido por acusaciones de violencia doméstica.
Los problemas siguieron para el receptor, quien hace unos días fue puesto en libertad condicional tras un incidente de violencia en enero en el estado de Florida.