Los encendedores de plasma no son precisamente una novedad. Su primera aparición se remonta al año 2015, como un proyecto de financiación masiva o crowdfunding del portal Kickstarter.
Aquel primer modelo, llamado Illume ArcLighter, fue diseñado como un encendedor electrónico que no producía flama y guardaba cierta similitud con un vapeador o cigarrillo electrónico.
Su nombre (que podemos traducir como “arco de luz”) hace referencia al arco eléctrico de alta intensidad que se crea en la punta del encendedor, gracias a la potencia del plasma.
La idea despegó: 2 556 patrocinadores prometieron conjuntamente 198 355 dólares para financiar el proyecto.
Cinco años más tarde, la compañía abrió su propia tienda y agregó un nuevo encendedor de bolsillo. Actualmente, sus competidores fabrican y venden productos similares.
¿Cómo funcionan?
A diferencia del encendedor de butano, los de plasma no dependen del gas para crear una flama, sino que utilizan el cuarto estado de materia: el plasma. Un encendedor con estas características tarda, aproximadamente, una hora en cargarse por medio de la conexión a un puerto USB. La duración estimada de la batería oscila entre 10 y 15 minutos discontinuados, lo que se resume entre 50 y 100 encendidos; poco tiempo de autonomía, pero la ventaja es que puede recargarse indefinidamente. Asimismo, el aire en los alrededores funciona como el “gas ionizado”.
Una vez cargado, un encendedor de plasma almacena la energía
Los encendedores de plasma tienen cuatro electrodos en la punta, dos en cada lado opuesto del cuerpo. Cuando se presiona un botón, los electrodos se ionizan al máximo, extendiéndola por al aire circundante. El aire también se ioniza, y el movimiento de los electrones hace que la chispa se mueva, viajando hacia la diagonal opuesta y conectando dos electrodos que forman un arco simple «X», o, en otros casos, una simple línea.
Para encender el fuego, se requieren tres “ingredientes” principales: oxígeno, combustible y calor. El oxígeno está presente en el aire; el combustible puede ser el tabaco de un cigarrillo; finalmente, el calor proviene del interior del encendedor de plasma, es generado por la diferencia de voltaje en su interior.