Este martes 5 de noviembre se celebrarán las sexagésimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump competirán por obtener el poder de uno de los países más importantes del mundo.
A pesar de que las boletas en papel continúan siendo esenciales en casi todos los estados de esta nación norteamericana, con un 98% de uso proyectado para este 2024, algunos puntos instalarán máquinas de votación, cuyo uso ha estado bajo un escrutinio sin precedentes, impulsado por afirmaciones de fraude y desconfianza generalizada.
Según expertos en el tema, este proceso incluye múltiples capas de seguridad, así como pruebas rigurosas y auditorías para proteger la integridad del voto. Y es que entender la tecnología y la seguridad detrás del proceso de votación resulta crucial para que los ciudadanos confíen en el sistema y participen sin temor a las teorías infundadas sobre un fraude electoral.
¿Cómo funcionan las máquinas de votación en Estados Unidos? Primero que nada, es importante mencionar que existen diferentes tipos, los cuales varían de acuerdo el estado y el condado. Este sistema comprende dos versiones principales de tecnologías: las máquinas de escaneo óptico y las máquinas de registro electrónico directo (DRE).
Las primeras funcionan registrando las boletas de papel marcadas a mano o impresas, esto mediante un dispositivo de marcado. Los votantes rellenan las boletas físicamente, mismas que luego se introducen en la máquina para escanear y contar los votos de forma electrónica.
Por su parte, las DRE permiten a los participantes marcar sus elecciones directamente en una pantalla táctil. Posterior a ello, las máquinas almacenan los votos en una memoria interna, y algunas tienen la opción de imprimir un comprobante en papel que permite a las personas revisar su elección antes de finalizar el proceso.