El pasado 14 de mayo la Comisión Nacional de la Megalópolis activó la doble contingencia ambiental o contingencia ambiental extraordinaria en el Valle de México porque se registró un valor de 158 puntos en el Índice de Calidad del Aire por exceso de partículas PM2.5. Pero, ¿qué son exactamente estas partículas y por qué nos dañan?
La Materia Particulada o PM (por sus siglas en inglés) 2.4, son partículas diminutas que se encuentran en el aire y que tienen un diámetro de 2.5 micrómetros (1 diezmilésima de pulgada) o menos diámetro. Es decir, su grosor es menor al de un cabello humano.
La PM2.5 está considerada como uno de los criterios contaminantes del ambiente por la U.S. EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) y se trata de una mezcla que puede incluir sustancias químicas orgánicas, polvo, hollín y metales. Generalmente estas partículas provienen de los automóviles, camiones, fabricas y quema de maderas, incendios entre otras.
Estas son algunas de las terribles consecuencias que la PM2.5 tiene en nosotros:
Las partículas más pequeñas se desplazan profundamente dentro de los pulmones cuando respiramos.
Se ha demostrado que la contaminación por partículas finas causa muchos efectos serios en la salud incluyendo enfermedades cardíacas y pulmonares.
Los niños, los ancianos y las personas que sufren de enfermedades cardíacas y pulmonares, asma o enfermedades crónicas son más sensibles a los efectos de la exposición a PM2.5.
Los niños, personas mayores de 65 años, mujeres embarazadas también son sensibles a los efectos de la Materia Particulada.
Los síntomas que la PM2.5 pueden provocar son:
Irritación en los ojos, nariz y garganta.
TosSibilancias.
Un silbido agudo al pasar el aire por los conductos respiratorios.
Opresión en el pecho.
Dificultad para respirar.
La Comisión Nacional de la Megalópolis recomienda:
Evitar actividades al aire libre. No realizar actividades vigorosas tales como ejercicio intenso, el cual incrementa la dosis de contaminantes inhalados.
Evitar la realización de actividades cívicas, culturales, deportivas y de recreo al aire libre en centros escolares.
En caso que sea posible, se recomienda que los grupos sensibles permanezcan en sus hogares (infantes, personas de la tercera edad y enfermos de las vías respiratorias y cardiovasculares).
Permanecer en interiores, con las ventanas y puertas cerradas.
Evitar la cocción de alimentos con leña, carbón o gas; no prender velas o incienso y no fumar.
En caso de contar con aire acondicionado, utilizarlo en modo de “recirculación”. Si tiene que realizar actividades de limpieza, que sean en húmedo.
Acudir al médico en caso de haberse expuesto al humo o si sienten molestias.
Evitar el uso de lentes de contacto.
Facilitar el trabajo desde casa, especialmente para trabajadores que forman parte de los grupos sensibles.
En el caso de hogares cercanos a las zonas de incendio, donde el humo sea denso, colocar toallas húmedas en las zonas por donde pueda introducirse a las habitaciones (ranuras de puertas y ventanas). Si es posible, retirarse del área.
En caso de encontrar cenizas provocadas por los incendios, evite el contacto con ellas, no permita que los niños y las mascotas entren en contacto, impida el contacto de las cenizas con su piel; si necesita barrerlas del piso u otras superficies, humedézcalas ligeramente y no permita que se suspendan de nuevo en el aire.
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