Todos los inviernos tenemos la misma estampa: camiones esparciendo sacos de sal en la carretera para evitar que se congele, pero ¿por qué motivo?
Lo que ocurre entre la sal (NaCl) y el agua (H2O) es pura química. La creencia popular dice que la sal derrite el hielo, pero no es exactamente eso lo que ocurre. Para entender bien el proceso hay que saber cómo se forman las moléculas de agua y las de sal.
La sal está formada por cristales de cloruro sódico, en mismo número de átomos de sodio que de cloro, que se mantienen unidos por fuerza electrostática. El cloro cede un electrón al sodio, quedando uno con carga positiva y otro negativa. Las mismas fuerzas actúan en la molécula de agua, que aunque en apariencia es neutra, sus componentes sí tienen carga. El oxígeno tiene carga negativa y los dos átomos de hidrógeno positiva, por ello se mantienen unidos al oxígeno. Y como ya se sabe, los signos opuestos se atraen.