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Publicado en CURIOSIDADES

¿Por qué el sol oscurece la piel, pero aclara el cabello?

Jueves, 09 Abril 2020 21:47 Escrito por 

Nuestra piel y cabello dependen de un polímero pigmentado llamado melanina para su protección.

La melanina absorbe y dispersa los rayos UV, manteniéndolos alejados del frágil ADN de las células, pero se degrada con el tiempo y pierde su color por causa de la exposición prolongada a los rayos del sol, ya que su radiación puede dañar nuestro ADN.

La forma natural que posee nuestro cuerpo para defenderse de este agente dañino es sintetizando la melanina, pigmento oscuro que define el color de nuestra piel, cabello, e incluso de nuestros ojos.

Las propiedades químicas de la melanina la hacen un fotoprotector muy eficiente, pues absorbe los rayos UVA, transformando la energía en calor, a la vez que aumenta su concentración, bronceándonos. Este cambio no es permanente, pues con el tiempo las células pierden la capa de melanina bronceada que las rodea y la piel recupera su color natural.

A menudo este protector natural no es suficiente para protegernos y sufrimos las conocidas quemaduras solares. Para evitarlas debemos protegernos activamente con camisetas, gafas, gorras… y crema solar.

Los protectores solares tienen filtros físicos (minerales, normalmente óxido de titanio y de zinc) y químicos basados en compuestos de carbono.

¿Qué pasa con el cabello?

En el cabello, el resultado es un efecto decolorado o amarillento, pero debido a que las células ciliadas están muertas (compuestas sólo de lípidos, agua, pigmentos y proteínas estructurales), estas hebras ligeras permanecen en dañadas hasta que crece nuevo cabello con melanina fresca para reemplazarlas, del mismo modo en que se hace en las peluquerías, cuando te decoloran el pelo con productos que tienen un alto contenido en agua oxigenada.

Las células de la piel, por otro lado, están vivas y pueden reaccionar y adaptarse a los rayos UV. Cuando el sol golpea la piel, el cuerpo produce una hormona que se une a las células productoras de melanina, lo que hace que la produzcan en mayor cantidad para una protección adicional. Con el tiempo, este proceso conduce al bronceado.

Sin embargo, la exposición prolongada a la luz UV puede dañar el ADN celular de la piel y esas células dañadas favorecen el aumento del riesgo de padecer cáncer de piel.

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