Los restos de aquel pobre hombre, de aproximadamente 25 años, fueron hallados carbonizados, todavía en la cama, durante los años 60. Fue una de las 5.000 víctimas que dejó aquel año el Vesubio, pero su estudio ha resultado especialmente interesante para los investigadores por un fenómeno que jamás se había descrito antes: su cerebro había quedado convertido en vidrio a causa del desastre.
¿Qué pudo pasarle entonces a este hombre? Según explican investigadores de la Universidad de Nápoles en un estudio publicado en New England Journal of Medicine, este fenómeno se debe al intenso calor que soportó repentinamente el cerebro de la víctima. El análisis de los restos de madera carbonizada presente en la cama y el resto de la estancia indica que las temperaturas ascendieron hasta los 520 grados centígrados.
Probablemente en un principio se debió a las olas de alta velocidad de gas y rocas, procedentes del volcán.
Todo esto llevó a que su grasa corporal se prendiera, como la cera de una vela, evaporando sus tejidos blandos. A continuación, todo se cubrió de cenizas y se produjo un enfriamiento similar al que se da en los procesos de producción de vidrio. Industrialmente este se fabrica alcanzando los 1.400 grados centígrados, pero hay constancia de que también se puede hacer a temperaturas más bajas.
Este es el primer descubrimiento de restos humanos vitrificados a causa del calor, por lo que sus autores se encuentran muy emocionados. No obstante, algunos científicos son reacios a creer que esto ocurriera tal como lo describen.