Si bien, la presencia de hematita, la forma mineral del óxido férrico, resulta común en la Tierra debido a las características atmosféricas de nuestro planeta, en teoría, en la Luna no debería existir presencia de hierro altamente oxidado, debido a que su superficie e interior carecen de oxígeno. Sin embargo, un hallazgo publicado en la revista Science Advances ha revelado que la Luna se está oxidando y podría deberse a la atmósfera de la Tierra.
La presencia de hematita en la Luna fue descubierta por medio del análisis de los datos de reflectancia hiperespectral que la NASA consiguió, a través de la misión lunar Chandrayaan-1, y que no habían sido confirmadas con las muestras recogidas por los astronautas en cada una de las misiones Apolo. El descubrimiento fue realizado por el científico del Instituto de Geofísica y Planetología en Hawaii, Shuai Li, a partir del hallazgo de hielo de agua en las regiones polares de la Luna, en 2018.
Según explicó Li, al examinar las regiones polares de la Luna, encontró “algunas características y pautas espectrales”, dependiendo de cada latitud lunar: “Sentí curiosidad por determinar si sería posible que fuesen reacciones entre el agua y la roca en la Luna”, relató. “Después de meses de investigación, me di cuenta de que lo que estaba observando eran trazas de hematita”.
Lo más curioso de su investigación es que se creía que, debido a que el hidrógeno contenido en el viento solar “hornea la superficie lunar”, impediría el proceso de oxidación. Pero resulta que la atmósfera de la Tierra tiene mucho que ver con este proceso, pues Li encontró que los sitios en donde hay presencia de hematita, además de estar vinculados con el contenido de agua en altas latitudes, se concentran en la cara que le da la Luna a la Tierra. Según podemos entender, la Tierra está "soplando" su oxígeno atmosférico hacia la Luna.
“El hecho de que haya más hematita en la cara cercana de la Luna indica que puede estar relacionada con la Tierra”, explicó Li. “Esto me hizo acordar de un descubrimiento de la misión japonesa Kaguya, en que el oxígeno en las capas superiores de la atmósfera de la Tierra puede ser ‘soplado’ cuando la Luna se encuentra en la estela magnética de la Tierra. Es decir, que el oxígeno atmosférico de la Tierra podría ser el mayor oxidante en la producción de la hematita. El agua y el impacto del polvo interplanetario también pudieron haber desempeñado papeles decisivos”, agregó.