Cada uno de los continentes que conocemos hoy en día alguna vez formaron parte de una inmensa masa de tierra conocida como Pangea. Este supercontinente existió durante aproximadamente 165 millones de años, dominando la era de los dinosaurios en el período Triásico antes de dividirse gradualmente debido a cambios en las placas tectónicas. Pero la deriva continental continúa.
Los científicos creen que en un futuro extremadamente lejano, todos los continentes podrían volver a unirse. Sin embargo, a diferencia de la era de los dinosaurios, este evento hipotético podría plantear serios desafíos para la vida en la Tierra, en particular para los mamíferos.
Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bristol y publicado en la revista Nature Geoscience (vía Slash Gear) predice que en unos 250 millones de años, los continentes de la Tierra se volverán a fusionar en un supercontinente denominado “Pangea Ultima”. Sin embargo, las condiciones previstas para este nuevo supercontinente plantean un sombrío panorama para la vida terrestre.
El calor de Pangea Ultima
Los científicos utilizaron simulaciones computacionales para proyectar las condiciones que prevalecerían en Pangea Ultima. Lo que descubrieron fue alarmante: la recombinación de los continentes provocaría una acumulación de calor de las chimeneas volcánicas submarinas justo debajo de Pangea Ultima.
Si bien todos los continentes albergan estas chimeneas, cuando están rodeadas por océanos, parte del calor se disipa. Sin embargo, en un supercontinente, este calor se mantendría atrapado, calentando la superficie terrestre desde abajo o siendo liberado debido a la actividad tectónica.
Además, el aumento de la actividad volcánica en Pangea Ultima resultaría en una mayor concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. Este gas atraparía la radiación ultravioleta del sol, que sería más intensa a medida que nuestro astro envejeciera. El resultado sería un calor seco y abrasador, con temperaturas que superarían los 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit) de manera constante.
En este futuro distante, la vida en Pangea Ultima sería extrema y desafiante. Mientras que algunas especies resistentes al calor podrían sobrevivir en este ambiente inhóspito, la mayoría de los mamíferos terrestres, incluyendo posiblemente a la humanidad en su forma actual o futura, enfrentarían dificultades insuperables. La falta de luz solar directa también sería un problema, lo que afectaría gravemente la cadena alimentaria y la vida tal como la conocemos.
Fuente: fayerwayer.com