La Iglesia del Pater Noster (Padre Nuestro) es una edificación reconstruida parcialmente en el Monte de los Olivos de Jerusalén. Actualmente es custodiada por la Iglesia Católica Romana, aunque es visitada por cristianos orientales y protestantes. Se encuentra ubicada al norte de las tumbas de los profetas y de acuerdo con la tradición, está construida sobre el lugar donde Jesús enseñó la oración del Padre Nuestro a sus discípulos y apóstoles.
Aunque se encuentra en territorio palestino en disputa con Israel, el territorio de la iglesia pertenece formalmente a Francia. La edificación original data del siglo IV y fue diseñada por el emperador Constantino I, que dio la dirección de la construcción a su madre Elena, quien la llamó la Iglesia de los Discípulos.
La iglesia tuvo acceso a la cueva en la que se dice se predicó el Padre Nuestro, la cual colapsó en 1910. El actual claustro, que data del siglo XIX, muestra 62 placas de mosaico con la oración del Padre Nuestro en distintos idiomas. Para sorpresa de muchos, uno de los idiomas incluidos en las traducciones es el náhuatl, idioma originario de México.
Cristianización en náhuatl
En la actualidad, se calcula que cerca de 3 millones de personas hablan el náhuatl en México, con lo cual se convierte en la lengua originaria con mayor número de hablantes.
El náhuatl sufrió su primera sistematización gramatical como una consecuencia de la llegada de los españoles, quienes requerían comprender el lenguaje para evangelizar a los pueblos originarios del centro de México. Durante el siglo XVI y XVII, los españoles escribieron una gran cantidad de obras en náhuatl, cuyo soporte eran los caracteres del español. Asimismo, hubo una gran cantidad de traducciones, entre ellas, por supuesto, el
Padre Nuestro.
De acuerdo con Geertrui Van Acke, durante la traducción de las oraciones cristianas al náhuatl no se limitó a la traducción literal, “sino que para comunicar los valores y conceptos cristianos, tuvieron que adaptar sus escritos a la forma de tratamiento de respeto, reconocidas en el mundo indígena.”
Debido a ello, traducciones como las del Padre Nuestro tienen sufijos -tzintli -tzin, que denotan reverencia sin cambiar significados originales. Con los sustantivos la modalidad reverencial asume la forma de un diminutivo (p. ej. motocatzin – tu sagrado nombre; lit. tu nombrecito).
Existe una gran cantidad de traducciones del Padre Nuestro, además de la monumental en la Iglesia del Pater Noster en Jerusalén. Una de las primeras traducciones históricas fue la de Juan de la Anunciación (1514-1594), quien se tomó algunas libertades, como cuando traduce pan nuestro por yntotlaxcal (nuestra tortilla). Sin embargo, las traducciones son casi literales y conservan el sentido original del español y el latín, aunque varían sobre la versión original en arameo.
Padre Nuestro en náhuatl (versión de Juan de la Anunciación)
Totatzine
Totatzine ynilhuicac timoyetztica:
Padre nuestro que estás en el cielo,
macenquizca yecteneualo yn motocatzin.
santificado sea tu Nombre;
Maualauh in motlatocayotzin.
venga a nosotros tu Reino;
Machiualo in tlalticpac yn ticmonequiltia,
hágase tu voluntad
yniuh chiualo ynilhuicac.
en la tierra como en el cielo
Yntotlaxcal mumuztlae totechmonequi, ma axcan xitechmomaquili.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
Maxitechmopopolhuili yn totlatlacol,
yniuh tiquimpopolhuia intechtlatlacalhuia.
Macamo xitechmomacauili,
perdona nuestras ofensas;
ynic amo ypan tiuetzizque in teneyeyecoltiliztli.
no nos dejes caer en la tentación,
Maxitech momaquixtili, yniuic pa in amoqualli.
y líbranos del mal.
Ma yuh mochiua.
Amén