Antes de la fundación de Tenochtitlan, los mexicas peregrinaron durante más de 250 años desde una ciudad que, según los códices, se encontraba al norte del Valle de México y guardaba una íntima similitud con la capital del Imperio mexica que maravilló a los españoles. Se trata de Aztlán (lugar de garzas), una urbe fincada en medio de un lago abundante en recursos naturales: pájaros y aves multicolores, una exuberante vegetación y peces de todos los tamaños que, en conjunto, proveían a los aztecas de todo lo necesario para vivir.
Las distintas descripciones de este mítico sitio levantaron altas expectativas entre los españoles, quienes años antes habían sido fascinados por Tenochtitlan, una urbe flotante formada por calzadas e islotes sobre el lago de Texcoco, con grandes templos y mercados que inspiraron toda clase de halagos en las crónicas de los conquistadores.
DE AZTLÁN A TENOCHTITLAN
Aunque la historia de Aztlán fue recuperada por distintos cronistas novohispanos, fue Fray Diego Durán quien se encargó de investigar más al respecto, y a partir de distintos códices y relatos, su versión fue bien conocida durante la segunda mitad del siglo XVI, e incluso inspiró distintas expediciones fallidas con la intención de hallarla.
Según Miguel León-Portilla, Aztlán era gobernada por los aztecas-chicomoztocas, un grupo dominante y tiránico del que los mexicas eran esclavos. Este habría sido el principal motivo por el cual, según los códices, Tezcatlipoca les ordenó emigrar en busca de un sitio donde fundar su propia ciudad.
Desde entonces, el mito coincide con las fuentes historiográficas en que Aztlán fue el lugar de origen de muchos pueblos nahuas del centro de México llamados aztatecas (proveniente de Aztlán), quienes decidieron liberarse de la tiranía de los aztecas. Sin embargo, el relato presta especial atención a la migración de uno solo de estos pueblos, los dirigidos por el sacerdote Huitzil, quienes por órdenes de Tezcatlipoca cambiaron su nombre por el de mexicas desde entonces:
“Y enseguida allá les cambió su nombre a los aztecas. Les dijo: Ahora ya no será vuestro nombre el de aztecas, vosotros seréis mexicas, y allí les embijó las orejas. Así que tomaron los mexicas su nombre. Y allá les dio la flecha y el arco y la redecilla. Lo que volaba, bien lo flechaban los mexicas”. Códice Aubin.
¿DÓNDE ESTÁ LA MÍTICA CIUDAD DE LA QUE PARTIERON LOS MEXICAS?
Las interrogantes sobre la ubicación de Aztlán son una constante desde hace al menos 450 años. Algunos historiadores han tratado de hallar la ubicación precisa de Aztlán en la geografía nacional a partir del análisis minucioso de los códices; algunos de ellos han identificado a Mexcaltitán, un poblado situado en una isla al oeste de Nayarit, con la mítica urbe.
No obstante, lo más probable es que el mito de Aztlán, la ciudad de la que partieron los mexicas y que los españoles llegaron a considerar como una suerte de Edén, esté basado en una proyección mítica de Tenochtitlan, una parábola que justifica simbólicamente la migración mexica y la fundación de la capital en el Valle de México.