Bien dicen que la edad no es impedimento para llevar a cabo tus sueños, aspiraciones o proyectos. Aunque esa idea parezca uno de los tantos clichés que escuchamos en la vida cotidiana, es bastante real. Para prueba de ello, tenemos la historia de Lucio Chiquito Caicedo, un abuelito dedicado a la ingeniería civil.
Lucio, quien cumplió 104 años de edad este 2020, se aferró como los grandes, y luego de varias décadas logró cerrar un capítulo importante de su vida académica: terminar una tesis de doctorado que llevaba rato desarrollando. Lo mejor es que desmenuzó una incógnita que la comunidad científica investigaba desde hace dos siglos.
La historia del abuelito Lucio
Para consagrar el éxito, muchas veces la gente debe enfrentarse a todo tipo de adversidades. En el caso del abuelito Lucio, fue la Segunda Guerra Mundial. El señor Caicedo partió en 1943 desde Colombia -su país natal- hacia Inglaterra, país que participó activamente en el conflicto bélico como uno de sus protagonistas. Sin embargo, pese a esta dificultosa particularidad, Lucio logró graduarse de ingeniero civil por la Universidad de Manchester en 1947. Desde entonces, dedicó su tiempo y conocimientos a la rama de la hidráulica.
Luego de varios años de investigación, en 1989, ya con 73 años cumplidos, Lucio presentó su proyecto de tesis en aquella universidad, pero los trámites, los constantes viajes y el propio desarrollo de este ejercicio académico impidieron que su estudio fuera avalado rápidamente para otorgarle el grado de doctor. Él, desde luego, no se rindió.
La investigación del abuelito Lucio se basaba en descifrar una fórmula matemática que permita calcular el caudal óptimo (cantidad de agua necesaria) que un río debe acarrear para producir energía eléctrica. Lo crean o no, este fenómeno lleva más de 200 años siendo investigado y, según explicó el señor Caicedo, él lo acaba de resolver.
Fue así como, por fin, terminó su tesis y ahora, en lugar de un conflicto bélico, se debe enfrentar contra la pandemia para acelerar su trámite. Lucio, de 104 años, ya entregó la investigación completa a la Universidad de Manchester y se encuentra en espera de respuesta por parte de las autoridades académicas: “No sé cuándo tendré noticias de la tesis. La vez pasada se demoró 25 meses la discusión del tema, y tuve que escribir como 170 correos electrónicos aclarando puntos de vista”, dijo en declaraciones recogidas por La Nación.
La historia de Lucio Chiquito Caicedo es la prueba de que nunca es tarde para concluir proyectos. Así que si estás en la misma situación con tu tesis, no desesperes; aférrate y en cualquier momento llegará.