La llegada de las vacunas contra el COVID-19 es una buena noticia para el mundo y permite avanzar hacia el fin de la pandemia, pero también entraña una serie de riesgos inherentes. Uno de los más notorios es la expectativa de aquellos que buscan lucrar con la catástrofe sanitaria y sacar tajada de las nuevas vacunas.
A los pocos días de que países como el Reino Unido o Estados Unidos hubieran autorizado las primeras vacunas, en la “dark web”, la parte más oscura e inaccesible de Internet, ya han aparecido las primeras ofertas para vender las dosis fuera del circuito oficial y del control de los Estados. Se abre así la veda a un “mercado negro” difícil de controlar.
Una de esas ofertas, rastreada por la empresa de seguridad cibernética Check Point Software y dada a conocer por el Financial Times, comercializaba la vacuna en 250 dólares con la promesa de una entrega “sigilosa” en un embalaje doble. Su envío desde Estados Unidos por correo o a través de una empresa de mensajería ascendía a 20 dólares, con un cargo extra de 5 dólares si se la quería recibir al día siguiente.
Otro proveedor de la “dark web” aseguraba esta semana tener a la venta vacunas desarrolladas por los fabricantes chinos Sinopharm y Sinovac a un precio de 750 dólares las dos dosis y con la posibilidad de hacer la transacción en bitcoins. El anuncio estaba ilustrado con una fotografía de archivo que no correspondía con el empaquetado habitual de ambos fabricantes. Cuando un usuario le preguntaba cómo se debe almacenar la vacuna, el vendedor sugería utilizar una nevera portátil o un refrigerador.
Este último caso evidencia que gran parte de estas ofertas se tratan de estafas directas que buscan hacer dinero rápido con la promesa de vacunas falsas o que nunca llegarán a manos del comprador. Sin embargo, más allá de si las dosis son falsas o verdaderas, que han sido robadas, estas ofertas demuestran que la llegada de las vacunas ha despertado un oportunismo peligroso en el mundo criminal que irá en aumento, según los expertos, según sean aprobadas nuevas vacunas.
Si en las últimas semanas se han conocido varios intentos de hackeo a los farmacéuticas que desarrollan algunas de las principales vacunas, los organismos policiales advierten que cada día que pasa es más probable que se cometan nuevos delitos, que van desde el fraude online y el ciberdelito, hasta la venta de dosis falsas o de calidad inferior.